
GUÍA PARA HACER LA VOLUNTAD VITAL ANTICIPADA
La Declaración de Voluntad Vital Anticipada es un documento
escrito que contiene las preferencias sobre los cuidados y tratamientos
sanitarios que deseamos recibir, para que se cumplan en el momento en que no
tengamos capacidad para expresarlas personalmente.
También permite escoger a una persona de nuestra confianza, un/a
representante, para que decida por nosotros/as cuando estemos en esa situación.
Además podemos incluso escoger a una segunda persona representante, un/a
sustituto/a, para que intervenga si la primera persona representante no pudiera
hacerlo por algún motivo.
Andalucía. Consejería de Salud
Este documento aunque fue creado en Andalucía, es aplicable para
cualquier persona que desea hacer una voluntad anticipada o testamento vital,
pues es general y explicito para lo que es requerido en este tipo de
documentos.
Por lo anterior quisiera contar una historia sucedida con un
paciente, en la cual una voluntad anticipada, ahorraría sufrimiento tanto para
los pacientes como para sus familias y evitaría
realizar medidas desproporcionadas originadas mas desde la necesidad
individual de los profesionales sanitarios que desde el buen juicio médico.
Hace una semana me solicitaron evaluar una paciente hospitalaria
de 90 años, con un cuadro de deterioro de un año de evolución, con postración
en cama, secundario a fractura de rodilla en manejo médico, no quirúrgico, la
señora desde este tiempo venia presentando alteración de la memoria reciente,
desorientación, con desacondicionamiento físico y limitación funcional, que la
obligaba a ser manejada y atendida por sus hijos, la paciente hace un mes venia
presentando progresión de su deterioro neurológico, referido por la familia
como, mayor desorientación, episodios de delirio y mayor pérdida de la memoria,
hace una semana presenta somnolencia, hipoactividad, poco contacto con el
medio, anorexia, ingiriendo muy poco liquido, pero sin signos clínicos de
alteración urinaria, digestiva ni respiratoria.
la paciente es evaluada por uno de los internistas del hospital,
quien determina que se debe diagnosticar el motivo del cuadro clínico actual de
la paciente para manejarlo, estabilizarla y mejorarle su estado clínico y
neurológico, para lo anterior, solicita (ecocardiografia, radiografía de tórax,
examen de orina, examen de electrolitos, glicemia y otros exámenes de sangre
para buscar infección), adicionalmente solicita le inicien líquidos venosos
para hiperhidratarla, sustentando una deshidratación (estado que es muy común
en ancianos y bastante frecuente en la fase final de la vida), ordena pasar una
sonda nasogástrica para alimentación y según resultados iniciar manejo para
control de la situación.
Al evaluar la paciente encuentro una abuelita somnolienta, que
responde al interrogatorio con los pocos recursos neurológicos que dispone al
momento, pero al interrogarle sobre su estado, la paciente contesta que está
bien, que está tranquila y que no está angustiada frente a su situación,
además al ser interrogada por sus hijas
sobre su situación y su deseo de descansar, la paciente les responde que sí
desea morir.
Me reúno con las hijas de la paciente y les pregunto, que
conociendo la historia de la mamá y viéndola en la situación actual, que
quisieran con ella, la respuesta es clara en que desean que la mamá pueda
descansar y no quieren intervencionismo innecesario y desproporcionado que
intente alargar la vida de la mamá, les explico la intención de medicina
interna y las hijas solicitan hable con el internista y le comente la postura
de la familia frente a la situación de la paciente, la respuesta del internista
es que no es aceptable para este dejar una paciente sin estudiar ni
diagnosticar, máxime que puede tener algo susceptible de ser compensado o
resuelto, además justifica que no dejará morir de sed ni de hambre a la abuelita.
Adicionalmente hablo con la familia de la paciente y les explico
que si la decisión de estos es permitir que la paciente muera en paz, el manejo
a ofrecer seria eminentemente paliativo, procurando control de los síntomas que
vallan apareciendo a medida que la paciente se esté deteriorando y que ante la
decisión de no hacer manejo, no se realizaran estudios ni procedimientos
innecesarios y que entorpezcan el buen morir de la paciente. La familia
agradece por lo anterior y solicita no se les deje solos y sin apoyo durante
este proceso, le explico que se brindara manejo tanto a la paciente como a la
familia, estos agradecen.
Luego de la reunión con la familia, me siento a hablar con los 2
residentes de medicina interna del servicio, preguntándoles su posición frente a esta situación y la respuesta no dista
mucho de la intención de su docente, por lo anterior decido cuestionar a los
médicos residentes de medicina interna con lo siguiente.
Como la intención es compensar lo que la señora tenga
descompensado para no morir, les interrogo sobre que requiere un paciente para
poder morir, estos se quedan mirándome con duda, por ello le explico que para
morir se tienen varias vías, las no naturales como son, muertes por violencia o
accidentales y las naturales, que pueden ser las muerte súbita de cualquier
origen y las muertes por enfermedad en progresión y deterioro, por lo anterior
les explico que para un paciente morir, si no es posible el recurso de la
muerte súbita por enfermedad, debe presentar una enfermedad de cualquier
origen, que este en deterioro y franca descompensación, por este motivo en este
tipo de situación para poder morir un paciente debe estarle fallando algo o
estar descompensado de algo, si no es así, no se presentara la muerte como
efecto de la enfermedad, los residentes me alegan que todo paciente debe ser
estabilizado de su cuadro agudo o agudización de una enfermedad crónica, les
justifico que si ellos intentan de manera permanente hacer lo anterior, nadie
podrá morir desde el punto de vista médico,
pues para la medicina moderna, la enfermedad en fases avanzadas no es vista
como natural y los procesos que permiten que un paciente muera gracias a
recurrentes descompensaciones no son bien vistos, junto con la muerte que hace
de la medicina actual un recurso eminentemente tanatofóbico.
Les cuestione también por el hecho de que desde cuándo y hasta
cuando los médicos somos los que decidimos si un paciente puede morir o no,
pues esto es una cuestión de carácter personal y familiar, decisión que debe continuar
siendo de cada paciente o en su defecto de los familiares responsables del
paciente, no de los médicos tratantes.
Es lamentable que la medicina actual, pelee con algo tan natural
como el enfermar, el envejecer y el morir, situación que hasta hace 30 a 50
años hacia atrás, no era tan usual y que los médicos de ese entonces, al tener un paciente con una enfermedad
avanzada, sumada a edades avanzadas, no luchaban en contra de la enfermedad,
luchaban a favor de esta y de la misma muerte, permitiendo que los pacientes
murieran dignamente con los recursos que requerían para morir, que generalmente
eran familiares y amigos e idealmente en sus casas y en sus camas,
anteriormente la muerte y los moribundos no se les buscaba descaradamente
estudiarlos para tener un diagnóstico de muerte, tampoco se pensaba en
hidratarlos ni alimentarlos deliberadamente, intentando infructuosamente parar un proceso imparable.
Es hora que los médicos al tratar pacientes, pensemos como seres humanos que
estamos tratando a otros seres humanos con necesidades humanas, no con
argumentos técnicos salidos de los prejuicios y las necesidades como médicos,
ligadas al gran temor que le tenemos al envejecer, enfermar y al morir.
Puede ser descargado en la siguiente dirección:
Ó
Juan David Osorio G.
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